Selena Quintanilla falleció hace 30 años, pero su legado sigue tan presente como el primer día.
Durante todo este tiempo, miles de voces han hablado sobre ella: familiares, músicos, fans, productores.
Sin embargo, una de las personas más cercanas a la reina del Tex-Mex había guardado silencio absoluto: su mejor amiga.
Hoy, por primera vez en tres décadas, ha decidido hablar y sus palabras han conmovido profundamente a quienes aún lloran la ausencia de la icónica cantante.
En una emotiva entrevista, su mejor amiga —quien compartió con Selena momentos íntimos de amistad lejos de los escenarios y las cámaras— confesó que el dolor por su pérdida fue tan profundo que nunca encontró fuerzas para hablar públicamente sobre ella.
Dijo que lo que vivieron juntas fue más que una amistad: fue una conexión de almas, una hermandad forjada desde la adolescencia, en días llenos de sueños, música y confidencias.
Recordó cómo Selena no solo era una estrella en ascenso, sino también una joven sencilla, generosa, divertida y leal.
Contó anécdotas que pintan a una Selena distinta a la figura pública: la amiga que cocinaba para los suyos, la que reía con fuerza en los momentos más simples, la que daba sin esperar nada a cambio.
Narró cómo pasaban horas hablando de la vida, de sus miedos, de lo que querían lograr, sin imaginar que el tiempo que compartirían sería tan corto.
También reveló cómo vivió aquellos días trágicos tras la noticia de su asesinato, describiéndolos como una pesadilla que nunca terminó del todo.
Aseguró que se encerró en sí misma durante años, que ni siquiera podía escuchar su música sin romper en llanto.
Dijo que vio cómo el mundo lloraba a Selena, mientras ella se deshacía por dentro, en silencio, sin cámaras, sin homenajes.
Su testimonio no se centró en el drama, sino en el amor y en la promesa de mantener viva su memoria desde el silencio y el respeto.
Aclaró que muchas veces quiso hablar, pero sentía que no era el momento, que su dolor no debía convertirse en espectáculo.
Ahora, treinta años después, siente que honrar a Selena es también compartir quién era ella realmente: una joven llena de esperanza, luchadora, que soñaba con una vida larga y plena.
Habló del orgullo que siente al ver que nuevas generaciones siguen cantando sus canciones, sin haberla conocido en vida, y de cómo eso mantiene viva su esencia.
También mencionó que, a pesar de la tristeza, hoy puede recordar a Selena con una sonrisa, porque sabe que vivió con intensidad, con amor y con propósito.
Esta revelación ha conmovido a miles de seguidores, quienes siempre supieron que detrás del brillo de Selena había personas que la amaban profundamente más allá de su fama.
Las palabras de su mejor amiga han traído consuelo, pero también han abierto una ventana íntima a la verdadera esencia de la artista.
Después de tres décadas de silencio, su mejor amiga ha hablado desde el corazón, y con ello, ha devuelto a Selena un poco más de la humanidad que tantas veces se pierde tras el mito.
Porque Selena no solo fue una estrella; fue una amiga, una confidente, una hermana del alma.
Y para quienes la conocieron de verdad, su luz jamás se apagará.
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