A los 62 años, Xuxa finalmente admite lo que todos sospechaban desde hace décadas.
La eterna “Reina de los Bajitos”, ícono de la televisión infantil de los años 80 y 90, rompió el silencio sobre un aspecto de su vida que, aunque nunca confirmado, había sido objeto de rumores constantes en los medios y entre sus seguidores.
Con la sinceridad y serenidad que otorga el paso del tiempo, Xuxa reveló en una reciente entrevista que su imagen siempre fue cuidadosamente construida por la industria del entretenimiento, y que mucho de lo que el público conocía de ella no reflejaba por completo a la persona real detrás del personaje.
Durante años, Xuxa mantuvo una figura pública intachable, asociada a la alegría, el colorido y los valores familiares.
Sin embargo, en sus propias palabras, gran parte de su carrera estuvo marcada por decisiones impuestas y expectativas ajenas, incluso desde sus inicios como modelo hasta su salto a la fama internacional.
Lo que muchos sospechaban —que había una diferencia profunda entre la Xuxa de la pantalla y la mujer real— finalmente fue confirmado por ella misma, con valentía y sin rencores.
Además, admitió que el personaje de Xuxa fue una armadura, una creación que la protegía del juicio y del dolor que venía con la exposición pública.
“Yo era una marca, no una persona”, confesó, dejando entrever que detrás de la sonrisa permanente había momentos de soledad, dudas y conflictos personales que nunca salieron a la luz.
Esta declaración no solo confirma lo que se intuía, sino que también humaniza a una figura que durante décadas fue casi mítica.
La cantante y presentadora también habló sobre cómo el paso del tiempo y la distancia de los reflectores le permitieron reconciliarse con su identidad, con sus errores y con sus decisiones.
Hoy, dice sentirse más libre que nunca, sin necesidad de agradar o complacer a nadie más que a sí misma.
Su testimonio, lejos de empañar su legado, lo enriquece, mostrando a una mujer valiente que se atrevió a ser honesta en un medio que rara vez permite la vulnerabilidad.
En un mundo donde muchas figuras públicas siguen atrapadas en imágenes idealizadas, las palabras de Xuxa resuenan con fuerza.
A los 62 años, la estrella no solo confirma lo que muchos sospechaban, sino que también inspira al demostrar que nunca es tarde para abrazar la verdad y vivir con autenticidad.