A sus 79 años, Priscilla Presley ha decidido romper su silencio, dejando al mundo conmocionado con revelaciones íntimas sobre su apasionada y compleja relación con Elvis Presley.

La historia que comenzó cuando ella tenía solo 14 años y Elvis 24, en una base militar en Alemania, fue desde el principio un romance inusual marcado por profundas emociones, obstáculos y presiones externas.

Priscilla conoció a Elvis en septiembre de 1959 durante una reunión informal en Bad Nauheim, donde Elvis cumplía su servicio militar.

Desde ese primer encuentro, Elvis mostró interés inmediato, cautivado por su inocencia juvenil y belleza natural.

Pronto su relación comenzó a desarrollarse rápidamente, aunque siempre bajo el control estricto de Elvis, quien veía en ella no solo una pareja sino también alguien que podía moldear según sus deseos.

A medida que su relación avanzaba, Priscilla se veía atrapada entre su profundo amor por Elvis y la dificultad de adaptarse al estilo de vida del cantante, lleno de ausencias prolongadas, infidelidades frecuentes y exigencias emocionales.

A pesar de todo, ella siempre defendió la sinceridad de sus sentimientos hacia él, asegurando que hasta el día de su boda, en mayo de 1967, no tuvieron relaciones sexuales, ya que Elvis creía firmemente en preservar la pureza de su futura esposa.

Priscilla reveló recientemente cómo su vida con Elvis no siempre fue el cuento de hadas que el público imaginaba.

Desde el principio, Elvis ejerció una influencia dominante sobre ella, escogiendo cuidadosamente su ropa, peinado e incluso maquillaje.

Vivía constantemente en su sombra, esperando pacientemente sus llamadas telefónicas, las cuales llegaban esporádicamente desde Hollywood, donde Elvis filmaba películas y era vinculado frecuentemente con otras estrellas femeninas.

El nacimiento de su hija Lisa Marie en 1968 fue un punto culminante en su vida matrimonial, pero también marcó un cambio significativo en su dinámica.

Aunque Elvis adoraba a su hija, su actitud hacia Priscilla comenzó a cambiar después del nacimiento.

Ella sintió que había perdido algo de la atención romántica que él le dedicaba, una situación agravada por las constantes giras y compromisos artísticos del cantante.

La relación comenzó a deteriorarse en los años siguientes, especialmente cuando Priscilla inició una relación sentimental con su instructor de karate, Mike Stone, una decisión que tomó en parte por la soledad y el abandono que sentía por las frecuentes ausencias de Elvis.

A pesar de amar profundamente a su esposo, llegó a la difícil conclusión de que debía encontrarse a sí misma, lejos de la sombra imponente del ícono musical.

Su divorcio en 1973 fue sorprendentemente amistoso, incluso saliendo juntos de la corte tomados de la mano.

Elvis aclaró públicamente que su separación no se debía a infidelidades, sino a las circunstancias inevitables provocadas por su carrera artística, que lo mantenía alejado de casa constantemente.

Aunque ya no eran pareja, continuaron siendo amigos cercanos hasta el fallecimiento de Elvis en 1977.

La muerte prematura de Elvis a los 42 años fue un golpe devastador para Priscilla.

Recientemente compartió cómo aquel fatídico día la dejó en estado de shock total.

Recordó la urgencia desesperada de llegar a casa tras recibir la llamada que le informaba sobre la tragedia, y cómo el dolor la consumió mientras intentaba comprender la realidad de perder a la persona que había significado tanto en su vida.

Desde entonces, Priscilla se ha dedicado incansablemente a mantener vivo el legado de Elvis, administrando Graceland y asegurándose de preservar intacta la memoria del rey del rock.

Aunque nunca volvió a casarse, tuvo otras relaciones significativas, entre ellas una larga unión con Marco Garibaldi, con quien tuvo a su hijo Navarone en 1987.

Sin embargo, admitió abiertamente que tras Elvis, nunca pudo considerar a nadie más como un compañero de vida permanente, afirmando que ya había estado casada con el único hombre que realmente importaba.

Recientemente, con motivo del estreno de la película biográfica sobre Elvis dirigida por Baz Luhrmann, Priscilla expresó profunda admiración por la interpretación de Austin Butler, destacando cómo logró captar la esencia auténtica de Elvis de una manera que nadie antes había conseguido.

También compartió su satisfacción con el retrato que la película hizo de ella misma, apreciando que su personaje fuera mostrado como sensible, fuerte y profundamente involucrado emocionalmente con Elvis.

A sus 79 años, Priscilla Presley continúa siendo una figura central en el legado de Elvis, ofreciendo una visión única e íntima del hombre detrás de la leyenda.

Sus recientes declaraciones han causado conmoción al revelar facetas nunca antes compartidas públicamente, permitiendo al mundo entender la complejidad emocional de la relación que marcó su vida para siempre.

Su historia es testimonio de amor, pérdida y resiliencia, mostrando cómo incluso décadas después, el vínculo con Elvis sigue siendo una parte fundamental e inquebrantable de su identidad.