Rocío Dúrcal: traiciones, rumores de amantes secretos y el secreto que ocultó hasta su muerte
Han pasado 19 años desde que Rocío Dúrcal partió, pero lo que dejó tras de sí no es solo una discografía legendaria, sino una estela de secretos, conflictos y rumores que aún hoy hacen tambalear su imagen.
Su vida, aparentemente perfecta, estaba marcada por tensiones familiares, traiciones y un matrimonio que muchos ahora cuestionan si fue auténtico o simplemente un arreglo funcional.
Todo comenzó con una relación que no nació del amor, sino de la conveniencia.
Rocío se casó con Junior, un cantante español, y juntos formaron una familia de tres hijos.
Durante más de tres décadas, se mostraron como un matrimonio estable, pero tras su muerte, todo se vino abajo.
La disputa por su herencia destapó la grieta entre Junior y sus hijos, quienes lo acusaron de ocultar propiedades valiosas y quedarse con joyas que pertenecían a la artista.
La tensión escaló tanto que terminaron enfrentándose legalmente en los tribunales.
Pero lo que realmente sacudió la memoria de Rocío fue una confesión impensada: Junior admitió en su autobiografía haberle sido infiel durante una filmación en Filipinas.
Esta traición, aunque ocurrida décadas atrás, fue vista por sus hijos como una falta de respeto a la memoria de su madre.
Y si eso no fuera suficiente, surgió un rumor aún más explosivo: que el amante de Junior no fue una mujer, sino nada más y nada menos que Juan Gabriel, el eterno amigo y colaborador de Rocío.
Joaquín Muñoz, exmánager de Juan Gabriel, afirmó que Rocío sorprendió a su esposo en la cama con el Divo de Juárez, y que este descubrimiento fue lo que acabó con la icónica amistad y alianza musical entre ambos artistas.
Aunque nunca se confirmó, la historia encendió los rumores sobre la verdadera orientación sexual de Junior y, en un giro aún más impactante, de la propia Rocío.
Algunos señalan que su relación con Junior era más bien un pacto tácito: él se encargaba de los hijos mientras ella triunfaba en los escenarios.
Otros dicen que ambos llevaban vidas paralelas con amantes del mismo sexo, pero que, para el público, mantenían la fachada de una familia tradicional.
La actuación de Rocío en la controvertida película “Me siento extraña”, donde su personaje se enamora de otra mujer, solo avivó más las teorías sobre su sexualidad.
El corte de pelo andrógino, el estilo masculino, su cercanía con Daniela Romo…
todo sirvió como leña para una hoguera de especulaciones.
Y aunque su hija Shaila ha negado tajantemente estos rumores, insistiendo en que su padre jamás tuvo inclinaciones homosexuales y que todo no es más que chisme sin fundamentos, los paralelismos con figuras como Juan
Gabriel –quien también tuvo hijos pero jamás definió públicamente su orientación– mantienen viva la duda.
Por si fuera poco, el propio Juan Gabriel habría intentado imitar a Rocío, usando capas idénticas y estilos similares, al punto que según Zaira Durcal, madre del cantante, la obsesión se tornó incómoda.
Incluso se habla de que Juan Gabriel grababa todo lo que hacía, generando un ambiente de constante vigilancia que incomodaba profundamente a Rocío.
Entre éxitos musicales, giras mundiales y millones de discos vendidos, se escondía una vida marcada por decisiones estratégicas, silencios incómodos y traiciones que nunca salieron del todo a la luz.
La aparente estabilidad de Rocío y Junior fue quizás el acuerdo más funcional que dos artistas pudieron construir para sobrevivir en un mundo donde vivir su verdad era simplemente imposible.
Y si creías que todo se limitaba a su círculo íntimo, recuerda que incluso artistas como Angélica María expresaron su envidia por la relación profesional que Juan Gabriel tenía con Rocío.
La química artística que compartían era tan poderosa que se volvió inquebrantable… hasta que algo muy personal, quizás demasiado personal, los separó para siempre.
Hoy, con casi dos décadas desde su muerte, Rocío Dúrcal sigue siendo una leyenda.
Pero también es un enigma.
Una mujer que desafió convenciones, protegió su privacidad con uñas y dientes, y quizás, solo quizás, vivió una vida completamente distinta a la que sus fans imaginaron.
¿Fue su mayor acto una actuación que duró toda la vida? La verdad, como siempre, sigue envuelta en sombras.
Pero lo que está claro es que detrás de cada nota que cantó, había una historia mucho más profunda esperando ser contada.