Benny Andersson de ABBA finalmente confiesa la verdad oculta: “¿Amor eterno o desastre anunciado? La historia que nadie quiso escuchar”
Cuando ABBA anunció su regreso en 2021 tras cuatro décadas de ausencia, el mundo entero celebró con entusiasmo la posibilidad de volver a escuchar nuevas canciones de uno de los grupos más icónicos de la historia.
Sin embargo, detrás de la alegría y la nostalgia, se ocultaba una historia mucho más compleja y desgarradora que Benny Andersson decidió finalmente compartir.
La historia comienza a finales de los años 60 en Suecia, cuando Benny, ya reconocido por su trabajo con la banda Hep Stars, conoció a Frida Lyngstad, una joven cantante noruega con una voz poderosa y una presencia escénica cautivadora.
Su encuentro fue inmediato y profundo: ambos artistas encontraron en el otro no solo una conexión personal sino también una alianza creativa que marcaría la música pop para siempre.
Mientras ABBA ascendía rápidamente a la fama internacional, la relación entre Benny y Frida se fortalecía, convirtiéndose en una de las parejas más emblemáticas del panorama musical.
Compartían vida y pasión por la música, colaborando estrechamente en la composición y producción de muchos de los éxitos que hoy son clásicos.
Sin embargo, a pesar de esta unión artística y sentimental, sus personalidades eran diametralmente opuestas.
Benny era perfeccionista, meticuloso y dedicado al detalle, pasando largas horas en el estudio buscando la excelencia.
Frida, por el contrario, era espontánea, emocional y disfrutaba de la interacción social, encontrando inspiración en las experiencias cotidianas.
Estas diferencias, que inicialmente les complementaban, comenzaron a generar tensiones que afectaron tanto su vínculo personal como profesional.
La fama, que parecía el sueño hecho realidad, se convirtió en una carga pesada.
Benny, reservado y amante de la privacidad, se sentía invadido por la constante exposición mediática y las exigencias de la industria.
Frida, más abierta y sociable, afrontaba la presión de un modo distinto.
La distancia emocional creció, y la relación empezó a resquebrajarse.
El punto de quiebre llegó en 1981 cuando Benny confesó a Frida que había desarrollado sentimientos por otra mujer, Mona Nörklit, una presentadora de televisión.
Esta revelación fue devastadora para Frida, quien se sintió traicionada y profundamente herida.
A pesar del dolor, ambos decidieron mantener la profesionalidad y continuar trabajando juntos en ABBA, pero su relación personal terminó definitivamente.
En una entrevista para el periódico sueco Expressen, Benny habló abiertamente sobre la ruptura, mostrando una vulnerabilidad poco habitual en una figura de su estatura.
Reconoció que la decisión fue difícil, pero necesaria, y que la presión de la fama había influido significativamente en su relación.
También aseguró que, a pesar de todo, ABBA seguiría adelante, aunque con una dinámica distinta.
La historia de Frida es aún más conmovedora.
Nacida en Noruega en 1945, hija de una madre noruega y un soldado alemán durante la Segunda Guerra Mundial, su infancia estuvo marcada por el rechazo social y el estigma de ser una “niña de la guerra”.
Su madre emigró a Suecia para protegerla de la hostilidad, pero la pérdida temprana de su madre dejó a Frida al cuidado de su abuela, quien la apoyó en su pasión por la música.
Frida encontró en el canto un refugio y una forma de expresión que le permitió superar las adversidades.
Su talento la llevó a la fama y al éxito internacional con ABBA, pero también a enfrentar heridas emocionales profundas que la acompañaron toda su vida.
Tras la disolución del grupo y su divorcio con Benny, Frida se casó con el príncipe Heinrich Ruzzo Reuss von Plauen, entrando en la aristocracia alemana.
Sin embargo, la rigidez y las exigencias de la vida real contrastaron con la libertad que había disfrutado como artista.
La tragedia golpeó nuevamente cuando en 1998 su hija falleció en un accidente automovilístico, sumiendo a Frida en un dolor insondable y en un retiro casi total de la vida pública.
En medio de esta oscuridad, Benny reapareció como un apoyo silencioso.
A pesar de los años y las heridas, la conexión entre ambos persistió, y su relación se transformó en una amistad basada en la comprensión mutua del dolor y la fama.
El regreso de ABBA con el álbum “Voyage” y el espectáculo digital con avatares que recrean a los miembros en su juventud es una prueba de que, a pesar de las heridas, la magia y la química que los unió siguen vivas.
El proyecto ha sido un éxito mundial, combinando tecnología de punta con la nostalgia y el talento que definieron a la banda.
Hoy, Frida vive retirada en Suiza, dedicada a causas benéficas y disfrutando de una vida tranquila, mientras Benny continúa siendo una figura clave en la música sueca.
Su historia conjunta, llena de amor, conflictos y resiliencia, nos recuerda que detrás de cada leyenda hay personas reales con historias complejas.
Así, la verdad que Benny Andersson finalmente confirmó no solo humaniza a ABBA, sino que también añade una nueva dimensión a su legado: el precio emocional de la fama y la fuerza para seguir adelante a pesar de las heridas.
¿Creías que ABBA era solo brillo y felicidad?
Ahora sabes que también fue un drama intenso y una historia de supervivencia emocional.
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