¡Inesperado y Desgarrador! El Discurso del Padre de Valeria Afanador en su Funeral Que Dejó a Todos Sin Palabras — ¿Cómo Se Supera un Dolor Así?
El pasado 31 de agosto, el municipio de Cajicá fue testigo de una despedida que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.
Valeria Afanador, la niña de 10 años que desapareció en circunstancias misteriosas el 12 de agosto, fue finalmente despedida por su familia, amigos y comunidad en una emotiva ceremonia que reflejó el amor y la tristeza que su partida ha dejado.
Valeria fue vista por última vez en el gimnasio campestre de Los Laureles, en Cajicá, donde un video captó el momento en que la pequeña desaparecía cerca de unos arbustos, la última pista que desencadenó una intensa búsqueda.
Durante 18 días, cientos de personas se unieron en jornadas de búsqueda, marchas y cadenas de oración con la esperanza de encontrarla con vida.
Pese a los esfuerzos incansables de familiares, vecinos y autoridades, el 29 de agosto se confirmó el hallazgo de su cuerpo cerca del río Frío, en una zona rural de Fagua, muy cerca del colegio donde desapareció.
La noticia fue un golpe devastador para la comunidad, especialmente porque esa área había sido inspeccionada repetidamente, incluso con ayuda de drones, perros y buzos, lo que generó desconcierto y preguntas sobre cómo pudo pasar desapercibido el lugar.
En medio de este clima de dolor e incertidumbre, la comunidad se unió para brindarle a Valeria un último adiós lleno de respeto y cariño.
La caravana fúnebre, escoltada por la policía, recorrió las calles desde Chía hasta Cajicá, reuniendo a cientos de personas que acompañaron a la familia en su despedida.
Fue durante el funeral que Manuel Afanador, padre de Valeria, tomó la palabra y pronunció un discurso que conmovió a todos.
Entre lágrimas y con la voz quebrada, expresó el amor profundo que sentía por su hija y el dolor inconmensurable que le deja su partida.
“Aprendimos que los niños no tienen maldad. Vimos que los niños son amor y hoy, con mi alma partida en pedazos, le devuelvo a Dios ese ser que me hizo muy feliz”, dijo Manuel, describiendo a Valeria como “la princesa que vino a pintar mil colores” en su vida.
El padre también denunció el cruel acto que terminó con la vida de su hija: “Fue horrible porque fue el hombre lleno de maldad el que nos la quitó”.
Con estas palabras, dejó claro que la familia exige justicia para Valeria y que no descansarán hasta que se esclarezcan los hechos.
Además, Manuel aprovechó para agradecer el apoyo recibido durante la búsqueda y el duelo.
“No tengo sino agradecimientos para todos y cada uno de ustedes: mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo, conocidos y no conocidos, pero que estuvieron con nosotros y nos acompañaron en el día a día”, afirmó con gratitud.
El discurso del padre de Valeria fue un reflejo de la mezcla de emociones que embargan a quienes han perdido a un ser querido en circunstancias tan trágicas.
Su fortaleza y vulnerabilidad a la vez, mostraron que detrás de la noticia hay una familia rota que lucha por encontrar paz y justicia.
La comunidad de Cajicá y el país entero han quedado conmovidos por esta historia que pone en evidencia la fragilidad de la vida y la necesidad urgente de proteger a los niños.
La pérdida de Valeria es un llamado a la reflexión, a la acción y a la solidaridad con quienes atraviesan el dolor más profundo.
Mientras se esperan los resultados de la investigación forense y las autoridades continúan con las pesquisas, la familia Afanador mantiene viva la memoria de Valeria, aferrándose al amor que ella sembró y a la esperanza de que su luz nunca se apague.
Este caso ha generado una ola de apoyo y conciencia social, invitando a la sociedad a no olvidar a Valeria y a exigir que se tomen medidas para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir.
La voz de Manuel Afanador, resonante y sincera, es un llamado a no dejar que el silencio y la impunidad ganen terreno.
Para quienes deseen acompañar a la familia y seguir el caso, es fundamental hacerlo con respeto y empatía, entendiendo que detrás de cada palabra hay un corazón que sufre y una familia que busca justicia.
La historia de Valeria Afanador quedará en la memoria colectiva como un recordatorio de la importancia de la protección infantil y la solidaridad en los momentos más difíciles.
Porque aunque la vida a veces sea cruel, el amor y la justicia pueden abrir caminos para sanar heridas profundas.
