El Trágico Destino de Nelly Calle: Una Lucha Silenciosa Contra el Cáncer
La música colombiana ha sido testigo de grandes talentos, pero pocos han dejado una huella tan profunda como las Hermanitas Calle.
Nelly Calle, una de las voces más emblemáticas de este dúo, se convirtió en un símbolo de la música huasca y carrilera, géneros que, aunque no siempre fueron bien vistos para las mujeres en sus inicios, encontraron en ellas dos pioneras que desafiaron las normas y conquistaron el corazón del público.
Sin embargo, la vida de Nelly tomó un giro devastador cuando la enfermedad entró en su vida, un proceso que su hija Catalina desconocía hasta el trágico final.
Nelly y su hermana Fabiola comenzaron su carrera musical en Antioquia, pero fue en Caicedonia, Valle, donde realmente despegaron.
A lo largo de su carrera, grabaron más de 500 canciones y 70 discos, convirtiéndose en íconos de la música popular colombiana.
Sus temas, como “Emborrachando” y “El Puente Roto”, resonaron en las almas de muchos, especialmente en las comunidades campesinas que encontraban en sus letras un reflejo de su vida cotidiana.
Sin embargo, la vida personal de Nelly estuvo marcada por altibajos, incluyendo un matrimonio tumultuoso y la crianza de su hija en medio de la fama y la adversidad.
En octubre de 2001, Nelly comenzó a sentir síntomas preocupantes: fiebres, dolores y una fatiga que no desaparecía.
A pesar de su estado, evitaba ir al hospital, una decisión que resultaría fatal.
Su hermana Fabiola, preocupada por su salud, la instó a buscar ayuda médica, pero Nelly se resistía.
Finalmente, fue engañada por su otra hermana, Solángel, para asistir a una consulta médica, donde se descubrió que tenía cáncer de útero en estado avanzado.
En menos de 20 días, fue sometida a una cirugía para retirar el órgano afectado, y aunque la operación fue exitosa, el cáncer ya había hecho metástasis.
La noticia fue devastadora para la familia.
Tras una segunda operación, los médicos confirmaron que el cáncer se había extendido al hígado, y la prognosis era sombría.
Nelly, sin embargo, no se rindió.
A pesar del dolor y la pérdida de su cabello debido a la quimioterapia, continuó presentándose con su hermana, cumpliendo con su apretada agenda de conciertos.
La música era su refugio, pero la enfermedad la debilitaba cada día más.
En medio de esta lucha, Nelly recibió una noticia que le trajo alegría: su hija Catalina estaba embarazada.
La llegada de la pequeña Laura fue un rayo de luz en sus días oscuros, pero la felicidad fue efímera, ya que la niña falleció a los dos años.
Este golpe devastador sumó más dolor a la ya frágil salud de Nelly.
El 20 de febrero de 2003, Nelly amaneció especialmente decaída y decidió ir a la clínica con su esposo.
Catalina, ignorando la gravedad de la situación, pensó que su madre solo necesitaba atención para aliviar su dolor.
Durante su estancia en la clínica, Nelly conversó con su hija, y se despidieron con la promesa de un “hasta luego”.
Sin embargo, esa despedida se tornó definitiva cuando, a las 8:40 de la noche, Nelly falleció tras una larga batalla contra el cáncer linfático.
La noticia de su muerte conmocionó a Colombia.
Catalina, quien no tenía idea de la gravedad de la enfermedad de su madre, se enteró de su fallecimiento en el hospital.
La revelación fue tan impactante que sufrió un principio de infarto al recibir la noticia.
La vida de Nelly Calle, llena de música y amor, se apagó, dejando un legado que perdura en el corazón de sus seguidores.
La historia de Nelly Calle es un recordatorio de lo frágil que puede ser la vida, y de cómo a menudo las luchas más profundas se libran en silencio.
Su hija, ahora con el peso de la pérdida, ha tratado de mantener viva la memoria de su madre, compartiendo su legado musical y el impacto que tuvo en la cultura colombiana.
Diez años después de la muerte de Nelly, su madre, Doña Julia, siguió sus pasos y falleció en 2013.
La tristeza de la familia Calle parece no tener fin, pero el amor por Nelly y su música continúa resonando.
La historia de Nelly Calle no solo es una crónica de su carrera, sino también un testimonio de la lucha contra una enfermedad devastadora que, en silencio, se llevó a una de las grandes voces de Colombia.
La música de las Hermanitas Calle sigue viva, y cada vez que se escucha una de sus canciones, se recuerda no solo su talento, sino también la historia de una mujer que desafió las adversidades y dejó una marca indeleble en la cultura musical de su país.
La vida de Nelly Calle nos enseña que, aunque la muerte puede ser el final de un capítulo, su legado perdura, inspirando a nuevas generaciones a seguir soñando y creando.
Así, el trágico destino de Nelly Calle se convierte en un llamado a valorar cada momento, a cuidar de nuestra salud y a nunca dejar de luchar, incluso en los momentos más oscuros.
Su historia es un recordatorio de que, aunque la vida puede ser efímera, el amor y la música son eternos.
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