El Doloroso Exilio de Vicky Hernández: Un Viaje de Abandono y Resiliencia
La vida de Vicky Hernández, una destacada actriz colombiana, ha estado marcada por momentos de gran éxito y también de dolor.
Conocida por su trabajo en producciones memorables como “La mansión de Araucaima” (1986), “Confesión a Laura” (1990) y “La estrategia del caracol” (1992), Vicky ha dejado una huella imborrable en la industria del entretenimiento colombiano.
Sin embargo, su vida personal ha estado llena de desafíos, especialmente durante su exilio en España, un capítulo que aún resuena en su corazón.
A sus 77 años, Vicky sigue apasionada por la actuación, pero no puede evitar recordar uno de los momentos más difíciles de su vida.
En una reciente entrevista, la actriz compartió detalles sobre su exilio forzado en 1985, un período que la separó de su familia y que dejó cicatrices profundas en su alma.
Las amenazas de muerte que recibió tras aceptar un trabajo en un spot publicitario de la Unión Patriótica la obligaron a abandonar su hogar y a sus seres queridos.
“Fui amenazada de muerte.
Tuve que salir de una grabación de ‘Romeo y buseta’ y montarme en un avión con lo que llevaba puesto.
Fue espantoso”, relató Vicky con un tono de nostalgia y tristeza.
Durante esos nueve meses en España, la actriz vivió en un estado constante de angustia y desasosiego, lejos de sus hijos y de su vida familiar.
Su hijo, Juan Sebastián Calero, quien en ese momento tenía apenas cuatro años, sufrió enormemente por la ausencia de su madre.
“Eso fue algo que no se sanó nunca, no se perdonó”, confesó Vicky, visiblemente afectada al recordar el doloroso abandono.
La separación forzada de su hijo marcó un antes y un después en su vida.
A pesar de los logros profesionales que había alcanzado, el costo emocional de dejar a su hijo atrás fue invaluable.
“Me fui a España y duré nueve meses volviéndome loca.
A esa edad, dejarlo así es abandono”, reflexionó, dejando claro que la maternidad siempre ha sido una parte fundamental de su identidad.
Durante su tiempo en el exilio, Vicky enfrentó no solo la soledad, sino también la lucha interna de querer trabajar en su pasión mientras lidiaba con el dolor de la separación.
Aunque no tenía la necesidad económica de hacerlo, el deseo de actuar seguía latente en su interior.
“No tengo la angustia ni la necesidad de trabajar, pero me falta anímicamente”, explicó.
La actriz ha sido siempre una profesional comprometida, y su ética de trabajo la llevó a tomarse en serio cada proyecto, ya fuera bueno, malo o regular.
El regreso a Colombia no fue fácil.
A su regreso, Vicky tuvo que reconstruir su vida y su carrera en un país que había cambiado durante su ausencia.
La industria del entretenimiento había evolucionado, y ella tuvo que adaptarse a nuevas realidades y dinámicas.
A pesar de los desafíos, nunca perdió su amor por la actuación, y continuó trabajando en proyectos que la apasionaban.
Su participación en series como “Escobar, el patrón del mal” (2012) y “La bruja” (2011) demostró que su talento seguía siendo relevante en el panorama televisivo.
Sin embargo, el dolor del exilio y el abandono de su hijo siempre han estado presentes en su vida.
Vicky ha reflexionado sobre cómo estos eventos la han moldeado como persona y como actriz.
La experiencia del exilio la llevó a desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia otros que han pasado por situaciones similares.
Ha utilizado su plataforma para hablar sobre la importancia de la familia y el apoyo emocional, recordando que la vida en el espectáculo puede ser glamorosa, pero también puede traer consigo un profundo sufrimiento.
A pesar de los años transcurridos, Vicky sigue siendo una figura emblemática en la actuación colombiana.
Su historia es un testimonio de resiliencia y determinación.
Ha logrado superar los obstáculos que la vida le ha presentado, y su pasión por la actuación sigue intacta.
A través de su trabajo, ha podido expresar sus emociones y contar historias que resuenan con el público.
En sus propias palabras, Vicky ha afirmado: “Siempre me jugué el pellejo.
Yo no fui una cobarde jamás”.
Esta frase encapsula su espíritu indomable y su compromiso con su arte.
A lo largo de su carrera, ha demostrado que, a pesar de las adversidades, es posible encontrar la fuerza para seguir adelante.
Su historia es un recordatorio de que la vida está llena de altibajos, pero que cada experiencia, ya sea buena o mala, contribuye a nuestro crecimiento personal.
En la actualidad, Vicky Hernández continúa siendo una voz importante en la industria del entretenimiento.
Su legado como actriz y su historia de vida inspiran a nuevas generaciones de artistas.
A través de su trabajo y sus reflexiones, ha logrado crear conciencia sobre los desafíos que enfrentan muchos en la búsqueda de sus sueños.
El exilio y el doloroso abandono de su hijo son capítulos difíciles en su historia, pero también son parte de lo que la ha convertido en la mujer fuerte y resiliente que es hoy.
A medida que continúa su camino en el mundo de la actuación, Vicky Hernández nos recuerda que, aunque la vida puede ser dura, siempre hay espacio para la esperanza y la redención.
Finalmente, su historia nos invita a reflexionar sobre la importancia de la familia, la empatía y la perseverancia.
A través de su experiencia, Vicky nos enseña que, a pesar de los momentos oscuros, siempre hay una luz al final del túnel.
Su legado perdurará en la memoria colectiva de la actuación colombiana, y su vida es un testimonio de que el amor y la pasión pueden superar cualquier obstáculo.
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