Lalo el Mimo a punto de cumplir 90 años: La historia oculta tras su sonrisa
Lalo el Mimo, uno de los actores cómicos más queridos y emblemáticos de México, se encuentra enfrentando el capítulo más difícil de su vida a sus 89 años.
Con una carrera que abarcó casi siete décadas y que iluminó teatros, cines y televisiones, hoy su realidad es mucho más dura de lo que el público imagina.
Tras un grave accidente y una cirugía de cadera, permanece hospitalizado con solo su hija a su lado, mientras mantiene intacto su sentido del humor.
Eduardo Mesa de la Peña, nombre real de Lalo, nació en 1936 en Michoacán y desde muy joven mostró pasión por el espectáculo.
Aunque inicialmente estudió ingeniería química en la UNAM, el teatro universitario lo atrapó y lo llevó a una carrera artística que lo catapultó a la fama.
Su talento fue descubierto por el legendario Andrés Soler, quien lo impulsó en sus primeros pasos profesionales.
Su camino no fue sencillo.
Lalo enfrentó nervios y tropiezos en sus inicios, pero su carisma y autenticidad conquistaron al público.
Formó un dúo cómico de mimos con Jorge Guzmán Urgel, que los llevó a escenarios internacionales, incluyendo una memorable presentación ante el generalísimo Francisco Franco en España.
Su humor físico y expresivo rompía barreras culturales y lingüísticas.
En México, Lalo se convirtió en una figura clave del cine de comedia sexy, participando en más de 135 películas y obras teatrales.
Su frase icónica “¿Qué pasó? ¿Qué pasó?” quedó grabada en la memoria colectiva.
A pesar de la naturaleza sugestiva de sus proyectos, siempre mantuvo un profundo respeto hacia sus compañeras y defendió la dignidad de las actrices con las que trabajó.
Su vida personal tuvo momentos felices y difíciles.
Se casó con la actriz Mary Carmen Resendis, con quien tuvo una hija, pero la relación terminó con el tiempo.
Sin embargo, su hija se convirtió en su principal apoyo en la vejez, especialmente tras varios problemas de salud que comenzaron en la década pasada.
Lalo enfrentó complicaciones médicas graves, incluyendo úlceras, cirugía cardíaca y diabetes.
La pandemia y la discriminación por edad en la industria del entretenimiento limitaron sus oportunidades laborales, dejándolo sin papeles y con escasos ingresos.
Peor aún, fue víctima de un fraude bancario que le arrebató los ahorros de toda una vida.
En febrero de 2025, un accidente doméstico provocó una fractura de cadera que requirió cirugía de emergencia.
Desde entonces, ha estado hospitalizado, recuperándose con la ayuda de su hija.
A pesar del dolor y las dificultades, Lalo conserva su espíritu optimista y su deseo de volver a actuar, valorando cada oportunidad que aún le brindan.
El mimo mexicano también reflexiona sobre el legado que deja: una carrera multifacética que incluyó actuación, dirección, escritura y producción.
Su amor por el arte y su compromiso con la disciplina y el profesionalismo lo convirtieron en un referente para varias generaciones, incluyendo artistas como Adrián Uribe, a quienes ayudó a crecer.
Sin embargo, detrás de las risas y la fama, Lalo siente la ausencia de sus amigos y compañeros de escena, muchos ya fallecidos.
La soledad y la tristeza lo acompañan, pero también el amor incondicional de su hija, su “santa catarinita de la ayuda perpetua”, que ha sacrificado mucho para cuidarlo.
Hoy, aunque el telón de su vida se ha bajado parcialmente, Lalo el Mimo no está listo para despedirse.
Sueña con regresar a los escenarios y que su hija pueda también brillar en el medio artístico que tanto ama.
Su historia es un testimonio conmovedor de la perseverancia, la pasión y la dignidad frente a la adversidad.
Lalo el Mimo nos recuerda que detrás del humor y la alegría hay vidas llenas de sacrificios y retos.
Su legado perdura como símbolo de talento y humanidad, y su lucha por seguir adelante inspira a quienes conocen su historia.
La vida puede ser dura, pero el mimo mexicano sigue demostrando que la sonrisa y el arte son armas poderosas para enfrentarla.