Revelaciones Impactantes en la Autopsia del Niño Fallecido en San Andrés: ¿Qué Descubrieron las Autoridades?
El pasado viernes 11 de julio, Orlando Canro, padre de Viviana Canro y abuelo del pequeño Kevy, recibió los primeros informes preliminares sobre la autopsia realizada al niño de cuatro años que falleció junto a sus padres en un hotel de San Andrés.
La familia, aún sumida en el dolor, espera que las autoridades les entreguen los cuerpos para poder darles sepultura y cerrar este capítulo tan doloroso.
Según Orlando, la autopsia reveló que el estómago del niño estaba limpio, sin rastros de alimentos o sustancias tóxicas, lo que descarta una ingesta directa como causa inmediata de la muerte.
Además, no se encontraron defectos físicos o patologías previas que pudieran explicar el fallecimiento súbito del menor.
Esta información preliminar es fundamental para entender el origen del trágico desenlace.
Orlando, quien fue la primera persona en ingresar a la habitación aquella mañana para llevar un café a su hija y su familia, describió la escena como inolvidable y devastadora.
La imagen de su hija, su yerno y su nieto sin vida permanece grabada en su memoria, un recuerdo que ningún ser humano desearía cargar.
Una de las hipótesis que cobra fuerza es la intoxicación por gas, debido al fuerte olor que varios intentaron soportar al intentar entrar a la habitación sin éxito.
Este olor desagradable y penetrante fue reportado tanto por familiares como por personal del hotel y por funcionarios de la fiscalía que acudieron al lugar para realizar las diligencias.
El coronel James Totena, comandante de la policía en San Andrés, confirmó que tras la inspección de la cena encontrada en la habitación, se determinó que al menos una de las personas intentó llegar hasta el baño, lo que indica que hubo signos de vida y movimiento antes del fallecimiento.
Este detalle es crucial para entender la secuencia de los hechos.
A pesar de la tragedia, las autoridades han señalado que el estado general de la habitación era normal, sin indicios visibles de violencia o intervención de terceras personas.
Esto ha llevado a descartar la hipótesis de un ataque externo o un acto criminal directo, enfocando la investigación hacia causas naturales o accidentales.
La familia Canro Martínez, aunque devastada, ha mostrado una actitud de espera y colaboración con las investigaciones, confiando en que la verdad salga a la luz.
La incertidumbre persiste, pero la información científica y los análisis forenses comienzan a ofrecer pistas que podrían esclarecer lo sucedido.
Este caso, que ha conmocionado a la comunidad isleña y al país, sigue abierto y bajo escrutinio.
La combinación de la autopsia limpia del niño, el fuerte olor detectado y la ausencia de señales de violencia plantean un escenario complejo y desafiante para las autoridades.
Mientras tanto, los familiares y amigos continúan rindiendo homenaje a los fallecidos, esperando que la justicia y la verdad prevalezcan.
La historia de esta familia en San Andrés es un recordatorio doloroso de cómo la vida puede cambiar en un instante y de la importancia de esclarecer cada detalle para evitar futuras tragedias similares.
