¡Horror y Desolación! La Triste y Breve Vida de Dylan Santiago con Su Madre – ¿Negligencia o Crueldad?
La historia de Dylan Santiago Castro es un relato que hiela la sangre y despierta una profunda tristeza en quienes la conocen.
Este pequeño niño, con apenas dos años de vida, sufrió condiciones tan adversas que su corta existencia terminó de manera trágica y violenta en la zona rural de Usme, al sur de Bogotá.
La muerte de Dylan no solo conmocionó a su familia, sino que también sacó del anonimato a la Vereda Curubital, un lugar apartado y poco conocido, donde la vida transcurre entre cultivos de papa y criaderos de truchas, pero donde la tragedia se instaló de manera abrupta.
Según vecinos y campesinos de la zona, la casa donde vivía Dylan con su madre, Derly Rivas, es una finca conocida como “La Truchera Montebello”.
Allí, rodeados de naturaleza y alejados del bullicio de la ciudad, la realidad que enfrentaba el niño era muy distinta a la paz que aparentaba el entorno.
El martes 6 de febrero, alrededor de las 2 de la tarde, Derly dejó a Dylan solo por unos minutos en la cocina para ir por leña y remojar ropa.
Al regresar, el niño había desaparecido.
La distancia entre la cocina y el lugar donde supuestamente fue a buscar la leña no supera los cinco metros, pero ese breve momento fue suficiente para que la tragedia ocurriera.
Lo que sigue es un relato desgarrador: la ropa de Dylan seguía remojándose en un balde cerca de la cocina, pero el niño nunca regresó.
No hubo gritos, ni llantos que alertaran a la madre o a alguien más.
La comunidad quedó en shock al enterarse de que el cuerpo del pequeño fue encontrado sin vida en esa misma finca.
El informe de Medicina Legal confirmó que la causa de la muerte fue asfixia mecánica.
Además, el niño presentaba signos claros de maltrato: hipotermia, deshidratación severa, lesiones en la piel, uñas largas y sucias, cabello enredado y en mal estado, y un peso de apenas 9 kilogramos, muy por debajo del promedio para su edad.
Estos datos revelan que Dylan no solo fue víctima de un accidente, sino de una situación de abandono y negligencia que terminó en una muerte violenta.
La Fiscalía abrió una investigación contra la madre por homicidio culposo, mientras que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar asumió la protección de los otros dos hijos de Derly, quienes también presentaban signos de desnutrición y maltrato.
La comunidad exige justicia para Dylan, un niño que no tuvo oportunidad de vivir en condiciones dignas, y que ahora descansa lejos de las injusticias que marcaron su corta vida.
Los vecinos de Curubital recuerdan con tristeza cómo un lugar tranquilo se convirtió en escenario de una tragedia que debería servir de alerta para la sociedad.
Este caso pone en evidencia la dura realidad que enfrentan muchos niños en zonas rurales y marginales, donde la pobreza, la falta de atención y el abandono pueden tener consecuencias fatales.
Dylan Santiago es un símbolo de la urgencia para fortalecer los mecanismos de protección infantil y garantizar que ningún otro niño sufra lo que él vivió.
La historia también genera un llamado a la reflexión sobre el papel de la comunidad, las autoridades y las instituciones en la prevención del maltrato infantil y en la protección de los derechos fundamentales de los niños.
Mientras tanto, los familiares y vecinos esperan que esta tragedia no quede impune y que se haga justicia por Dylan y por todos los niños que aún sufren en silencio.
