¡Increíble pero cierto! Leonardo Favio arrasa de nuevo y desata la furia del público: “¿Otra vez el mismo? ¡Qué originalidad!”
El pasado lunes, la televisión colombiana volvió a ser testigo de una noche cargada de talento, emoción y, sobre todo, controversia.
En la última edición de Yo Me Llamo, uno de los programas más vistos del país, el doble del fallecido cantante argentino Leonardo Favio se coronó nuevamente con el premio en efectivo, sumando ya once victorias consecutivas.
Este triunfo, aunque celebrado por algunos, provocó una ola de comentarios negativos entre los televidentes, quienes expresaron su descontento a través de las redes sociales.
Muchos cuestionaron la justicia del concurso y pidieron que otros participantes tengan la oportunidad de brillar y llevarse algún reconocimiento económico.

Yo Me Llamo ha sido desde sus inicios un espacio donde imitadores de grandes artistas compiten por demostrar su talento y conquistar al público y a un exigente jurado.
En la noche del 28 de febrero, además del doble de Leonardo Favio, se presentaron imitadores de Camilo Sesto, Maluma y Bruno Mars, todos con la esperanza de ganar el jugoso premio de 65 millones de pesos colombianos.
Sin embargo, la decisión final no sorprendió a nadie: el doble de Leonardo Favio volvió a ser el ganador, consolidando su dominio en el programa.
La emoción del imitador fue evidente, expresando su gratitud hacia Colombia y sus seguidores, mientras se mostraba visiblemente conmovido.
Pero la alegría no fue compartida por todos.
En Twitter y otras plataformas digitales, los usuarios manifestaron su molestia con frases como: “Otra vez Leonardo Favio, ¿no hay nadie más?”, “Que voten por otro, ya es demasiado”, “Los demás también merecen una oportunidad para mejorar su vida”.
La repetición del mismo ganador ha generado un debate intenso sobre la equidad del programa.
Algunos argumentan que el doble de Leonardo Favio es simplemente el mejor y que el talento debe ser premiado sin importar la frecuencia.
Otros, sin embargo, creen que el formato debería permitir que más participantes puedan recibir algún tipo de reconocimiento económico, especialmente considerando que muchos de ellos dependen de estos premios para su sustento.
Las críticas no se limitaron solo a los espectadores.

Incluso algunos miembros del jurado parecían afectados por la situación.
Durante la despedida del imitador, las cámaras captaron lágrimas y gestos de arrepentimiento entre los jueces, lo que alimentó aún más la polémica.
¿Están los jurados presionados para mantener el mismo ganador?
¿O simplemente no encuentran a nadie más que iguale el nivel de Leonardo Favio?
El imitador, por su parte, se mostró humilde y agradecido, destacando la experiencia maravillosa que ha vivido en el programa y el cariño recibido.

“Gracias Colombia, gracias a todos los que están detrás de Yo Me Llamo,” dijo emocionado mientras era rodeado por sus compañeros.
A pesar del drama, la producción del programa continúa adelante, con pocas semanas restantes para conocer al ganador absoluto de esta temporada.
Las cifras de los premios aumentan y la expectativa crece, pero la audiencia sigue pidiendo un cambio en la dinámica para que el concurso sea más justo y emocionante para todos.
Este caso no es único en la historia de los concursos de talentos, donde la repetición de ganadores puede generar descontento y cuestionamientos sobre la transparencia y la imparcialidad de las decisiones.
Sin embargo, en el caso de Yo Me Llamo, la pasión de los imitadores y la fidelidad de los fanáticos mantienen viva la competencia.
Queda por ver si en las próximas galas el programa atenderá las peticiones de su público o si continuará apostando por el mismo ganador que, hasta ahora, ha demostrado ser imbatible.

Lo cierto es que la polémica está servida y el debate sobre la justicia en los concursos televisivos sigue más vigente que nunca.
Mientras tanto, la figura de Leonardo Favio sigue brillando en el escenario, pero la pregunta que muchos se hacen es si este brillo opaca las oportunidades de quienes también sueñan con alcanzar la gloria.
En un mundo donde la diversidad y la inclusión son valores cada vez más importantes, ¿no sería justo que Yo Me Llamo diera un paso hacia la equidad y permitiera que otros talentos emergentes tengan su momento bajo los reflectores?
Solo el tiempo y las decisiones de los productores y jurados lo dirán.
Pero una cosa es clara: la audiencia está atenta, crítica y lista para exigir cambios si es necesario.
Por ahora, el doble de Leonardo Favio sigue siendo el protagonista indiscutible, aunque no sin generar una tormenta de opiniones encontradas que mantienen a todos pegados a sus pantallas, esperando el próximo capítulo de esta fascinante y dramática historia televisiva.