En la historia de la música española, hay momentos y anécdotas que han marcado un antes y un después.

Una de ellas involucra a dos grandes artistas: José Luis Perales y Julio Iglesias.
Aunque ambos son conocidos por sus éxitos en solitario, su conexión tiene una historia interesante que comenzó con un encargo de Julio Iglesias.
En los años 70, Julio Iglesias, ya establecido como una de las figuras más importantes de la música latina, se encontraba buscando nuevas canciones para su repertorio.
En esa búsqueda, se cruzó con un joven compositor y cantante español llamado José Luis Perales.
Perales, por entonces relativamente desconocido, había comenzado su carrera como compositor para otros artistas y estaba ganando reputación por su habilidad para crear letras profundas y melodías emotivas.

Iglesias, siempre en la búsqueda de canciones que pudieran complementar su estilo único, decidió pedirle a Perales que le escribiera una balada para su próximo álbum.
El resultado de este encargo fue una canción que, aunque en su momento no fue completamente apreciada por Iglesias, se convirtió en un éxito rotundo a nivel mundial.
La canción en cuestión fue “Me olvidé de vivir”.
Perales, con su toque característico de sensibilidad, había compuesto una letra que hablaba sobre las dificultades de la vida y el peso de las decisiones.
La melodía evocaba una profunda nostalgia, y la interpretación de Julio Iglesias, llena de emoción, captó a la perfección el sentimiento de la canción.
Aunque al principio Iglesias no estaba seguro de la elección, fue finalmente convencido de incluirla en su álbum, y el resto, como se dice, es historia.
“Me olvidé de vivir” se convirtió en uno de los mayores éxitos de Julio Iglesias, consolidando aún más su estatus como uno de los artistas más grandes del mundo de habla hispana.
Por otro lado, la composición de Perales adquirió una nueva dimensión, siendo interpretada por muchos otros artistas, lo que catapultó su carrera tanto en la composición como en la interpretación.
Este éxito no solo reflejó la compatibilidad creativa entre dos artistas de gran talento, sino también la importancia de confiar en el instinto y la capacidad de los artistas para desafiar sus propias dudas y prejuicios.

En el caso de Julio Iglesias, el haber aceptado el encargo de José Luis Perales no solo dio lugar a una de las baladas más queridas de su repertorio, sino que también abrió las puertas a una fructífera colaboración en la que ambos artistas demostrarían que su talento era innegable.
La historia de este encargo y la colaboración entre ambos artistas no solo subraya el poder de las canciones bien escritas, sino también cómo un simple intercambio de ideas y confianza puede llevar a resultados extraordinarios que trascienden las expectativas.