😱Piqué rompe el silencio y lanza indirecta en vivo tras el beso de Shakira: “Cada quien es responsable de sus actos”
Era cuestión de tiempo para que Shakira volviera a ser noticia, y como ya es costumbre, lo hizo por todo lo alto.
Esta vez, la artista colombiana aparece envuelta en una intensa ola de rumores y confirmaciones tras difundirse imágenes explosivas en las que comparte un beso de alto voltaje con el también cantante
colombiano Manuel Turizo.
Las redes ardieron en cuestión de segundos.
Una fotografía de espaldas, un breve video, un vestuario inconfundible… y el veredicto del fandom: ¡Shakira está de vuelta y sin censura!
La colaboración entre ambos artistas ha sido una de las más esperadas del año, y todo apunta a que esta canción no solo será una bomba musical, sino también un nuevo dardo directo a Gerard Piqué.
El beso que protagoniza con Turizo no es solo una escena artística: es una declaración.
Una forma de cerrar su etapa más amarga con el exjugador y de demostrar que ya no hay lugar para el dolor, solo para el empoderamiento.
Pero claro, si algo caracteriza a Piqué es su incapacidad para quedarse al margen cuando su nombre vuelve a los titulares.
Y así fue: en plena transmisión de la Kings League, Piqué no pudo —ni quiso— disimular.
Según miles de espectadores, el catalán hizo un gesto sarcástico justo cuando se hablaba de temas personales, lo que muchos interpretaron como una clara burla al beso entre Shakira y Turizo.
No pronunció su nombre, no mencionó la canción, pero su mirada, su risa contenida y el tono irónico lo dijeron todo.
Era una respuesta envenenada, disfrazada de indiferencia.
El gesto no pasó desapercibido.
Las redes se llenaron de clips del momento, analizando cada movimiento del exdefensor del FC Barcelona.
“No le duele, pero lo disimula mal”, decía uno.
“Shakira dándose besos y Piqué con su sarcasmo barato”, escribía otro.
Pero la cosa no quedó ahí.
Días después, en una entrevista con Jordi Basté, el presentador no dudó en preguntarle de forma directa por el nuevo éxito musical de su ex.
Piqué, visiblemente incómodo, esquivó la pregunta con una frase cargada de doble sentido: “Cada quien es responsable de sus actos”.
Una respuesta fría, calculada y que, lejos de cerrar la polémica, avivó aún más las llamas.
Lo más impactante fue cómo Piqué quiso cortar en seco el tema.
“No quiero hablar de eso”, zanjó.
Pero ya era tarde.
Las palabras habían salido, el gesto había sido captado y su incomodidad era tan evidente que muchos la interpretaron como celos disfrazados de frialdad.
Porque si algo ha quedado claro es que, aunque él diga que Shakira es “parte de su pasado”, cada uno de sus movimientos sigue estando bajo el radar de los medios… y de su ex.
Mientras tanto, Shakira sigue escribiendo su propia historia.
Una historia donde ya no hay lágrimas, sino labios.
El beso con Turizo ha sido interpretado como el símbolo perfecto de su renacer.
La artista, lejos de esconderse, decide mostrarse sensual, libre y más fuerte que nunca.
Y eso, evidentemente, no sienta nada bien al hombre que durante 12 años compartió su vida con ella y que ahora intenta construir una imagen estable al lado de Clara Chía.
Lo que Piqué no esperaba es que este nuevo capítulo no solo lo volviera a poner en el ojo del huracán, sino que además lo enfrentara a una ola de críticas por parte del público.
Muchos consideran que su actitud, en lugar de mostrar madurez, evidencia que aún le cuesta digerir la nueva etapa de su ex.
Porque cuando alguien ya superó una relación, no se burla.
Simplemente ignora.
Y eso es justo lo que él no ha hecho.
La situación es clara: mientras Shakira graba besos en videoclips, Piqué reacciona con sarcasmo.
Mientras ella transforma el dolor en arte, él opta por gestos en transmisiones deportivas.
Dos formas opuestas de manejar un pasado compartido.
Y dos realidades muy distintas: una, liberada y explosiva.
La otra, atrapada en el cinismo.
En definitiva, el beso con Turizo ha sido mucho más que una escena musical.
Ha sido el detonante perfecto para exponer, una vez más, cómo Gerard Piqué no puede —o no quiere— soltar el pasado.
Aunque diga lo contrario.
Aunque lo disfrace de burla.
Aunque lo niegue en entrevistas.
Porque cuando te duele, te delatas.
Y esta vez, Piqué se ha delatado ante millones.
