¡La Escalofriante Revelación de la Vidente! ¿Dónde Está Realmente Valeria Afanador? La Oscuridad que Nadie Quería Ver…
La desaparición de Valeria Afanador ha conmocionado a Colombia desde el 12 de agosto, cuando fue vista por última vez en el Gimnasio Campestre Los Laureles, en Cajicá, Cundinamarca.
A pesar de los esfuerzos titánicos desplegados por las autoridades y voluntarios —más de 200 personas, drones, equipos de rescate y cámaras de seguridad revisadas minuciosamente—, el paradero de la niña sigue siendo un misterio.
El caso ha alcanzado tal notoriedad que la Interpol emitió una alerta amarilla para ampliar la búsqueda más allá de las fronteras nacionales.
La Gobernación de Cundinamarca ofreció una recompensa de hasta 70 millones de pesos por información veraz que conduzca a la localización de Valeria.
Sin embargo, el silencio y la incertidumbre persisten, dejando a la familia y a la comunidad sumidos en la desesperación.
En medio de este escenario, la clarividente Alexandra Mundial ha irrumpido con una revelación que ha dejado helados a muchos.
Alexandra, quien ha seguido el caso de cerca, compartió una visión estremecedora: Valeria ya no estaría en el plano de la vida, sino en el “plano de la oscuridad”.
Esta declaración ha generado un shock colectivo y ha abierto un debate sobre la posibilidad de que la niña haya sufrido un destino fatal.
Anteriormente, la vidente había manifestado que veía a Valeria con vida, aunque en peligro, y describió a un posible raptor con características físicas específicas: entradas pronunciadas, complexión robusta, piel morena clara y vestimenta azul.
Sugirió que podría tratarse de alguien conocido del colegio, lo que alimentó las sospechas y la angustia de quienes buscan respuestas.
Sin embargo, sus últimas palabras son aún más inquietantes.
“No la veo en este plano, eso es importante decirlo”, afirmó Alexandra en una entrevista reciente.
“Al principio estaba en el plano de la claridad, pero ahora la empiezo a ver en el plano de la oscuridad.”
La vidente añadió que el cuerpo de la menor estaría cerca del lugar donde fue vista por última vez, aunque no exactamente en el colegio, sino a unos 20 o 30 minutos de distancia.
Además, aclaró que Valeria no habría sido trasladada a otra ciudad ni a Bogotá, descartando la hipótesis de un secuestro con traslado.
Sobre el raptor, la clarividente explicó que se trataría de un hombre que atrajo la atención de la niña con un dulce, como una chupeta o un caramelo.
“Ella jugaba, él la llamó, y ella se fue con él porque le dio algo”, concluyó con un tono sombrío.
Estas afirmaciones han generado un impacto profundo en la familia y en la comunidad.
Por un lado, la esperanza de encontrar a Valeria con vida se ve amenazada por esta visión oscura; por otro, la posibilidad de que esté cerca y que las autoridades aún no hayan dado con ella aumenta la frustración y la urgencia.
El caso de Valeria Afanador no solo es un recordatorio trágico de la vulnerabilidad de los niños, especialmente aquellos con condiciones especiales como el síndrome de Down, sino también una llamada a la acción para mejorar los mecanismos de búsqueda y protección.
La intervención de la Interpol y la recompensa ofrecida reflejan la gravedad del asunto, pero también evidencian las limitaciones actuales para resolverlo.
Mientras tanto, la familia Afanador continúa su lucha incansable, recientemente tomando la decisión inesperada de contratar un abogado para impulsar nuevas líneas de investigación y exigir mayor transparencia.
La presión mediática y social se intensifica, y la comunidad permanece en vilo, dividida entre la esperanza y el miedo.
Las revelaciones de la vidente Alexandra Mundial han añadido una capa más de dramatismo y misterio a un caso que ya parecía sacado de una película de suspenso.
Sin embargo, es fundamental recordar que estas visiones, aunque impactantes, no sustituyen la labor de las autoridades ni deben desviar la atención de la búsqueda activa y racional.
La desaparición de Valeria Afanador es una herida abierta que clama por justicia y verdad.
Cada día que pasa sin respuestas es un día más de sufrimiento para sus padres y para todos los que la buscan.
La comunidad debe mantenerse unida, evitar caer en rumores y apoyar con acciones concretas.
En última instancia, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿qué pasó realmente con Valeria?
¿Podrá la luz de la verdad disipar la oscuridad que ahora parece envolver su destino?
Solo el tiempo y el esfuerzo conjunto podrán dar una respuesta definitiva.
Por ahora, la historia de Valeria sigue siendo un enigma doloroso, una sombra que se cierne sobre Cajicá y sobre el país entero.
La esperanza, sin embargo, permanece intacta, porque mientras haya quienes la busquen, Valeria no estará perdida del todo.
