CJNG y Sinaloa Usan TikTok para Entrenar Sicarios… y Claudia lo Permite
En un giro que ha dejado a toda la sociedad mexicana atónita, un nuevo escándalo ha salido a la luz, involucrando a dos de los cárteles más poderosos de México: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa.
Según recientes investigaciones, estos grupos criminales estarían utilizando la popular plataforma social TikTok para reclutar y entrenar sicarios, una práctica que ha desatado una ola de indignación en todo el país.
Lo más alarmante de esta situación es que, a pesar de la gravedad de los hechos, las autoridades parecen no estar tomando las medidas necesarias para detener esta peligrosa tendencia.
En un contexto político y social cada vez más polarizado, la figura de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, ha sido puesta en la mira por su aparente permisividad ante el uso de redes sociales por parte de los cárteles.
La relación entre la violencia, la tecnología y la falta de acción por parte de las autoridades se ha convertido en uno de los temas más debatidos en los medios y en la opinión pública.
TikTok, la red social de moda entre los jóvenes de todo el mundo, se ha convertido en una herramienta fundamental para los cárteles de droga.
A través de la plataforma, estos grupos criminales no solo comparten contenido relacionado con sus actividades ilegales, sino que también reclutan nuevos miembros y entrenan a sus sicarios.
El formato corto y viral de TikTok permite que los mensajes de los cárteles lleguen rápidamente a una gran audiencia, sin que las autoridades puedan interceptarlos de manera efectiva.
Según expertos en seguridad, los cárteles utilizan videos que parecen inofensivos o incluso divertidos, pero que en realidad esconden mensajes codificados y demostraciones de entrenamiento para los nuevos reclutas.
Lo más escalofriante es que los videos que circulan en TikTok no solo muestran la violencia en su forma más cruda, sino que también glorifican el crimen organizado como un estilo de vida atractivo para los jóvenes, especialmente aquellos en situaciones vulnerables.
En muchos casos, los sicarios en formación son entrenados a través de tutoriales que simulan situaciones de combate y tácticas de guerra urbana, todo en el contexto de una aparente normalidad que es compartida y comentada por miles de usuarios.
La falta de acción por parte de las autoridades ha sido un tema recurrente en las críticas hacia la administración de Claudia Sheinbaum.
A pesar de los informes sobre el uso de TikTok por parte de los cárteles, la jefa de Gobierno y otras autoridades han sido acusadas de no tomar medidas drásticas para bloquear el contenido ilegal en la plataforma.
Esta permisividad, según los críticos, ha permitido que los cárteles sigan operando con impunidad y que las redes sociales se conviertan en un canal para expandir su influencia y poder.
En lugar de fortalecer las políticas de seguridad y buscar soluciones eficaces para frenar la violencia y el crimen organizado, la administración de Sheinbaum ha optado por estrategias más suaves que, a juicio de muchos expertos, no han dado resultados satisfactorios.
En lugar de intervenir en la plataforma y exigir que TikTok retire los contenidos relacionados con el crimen organizado, se ha dejado pasar una oportunidad crucial para frenar el reclutamiento de nuevos sicarios, que a menudo son jóvenes que caen en las redes de los cárteles debido a la falta de oportunidades y a la búsqueda de una vida mejor.
Los recientes reportes sobre el uso de TikTok por parte del CJNG y el Cártel de Sinaloa ponen de manifiesto la creciente intersección entre la tecnología y el crimen organizado.
Los cárteles han demostrado una capacidad sorprendente para adaptarse a las nuevas tecnologías y utilizarlas a su favor, mientras que las autoridades parecen estar atrapadas en un juego de represalias y confrontaciones políticas, en lugar de centrarse en la solución de los problemas más urgentes.
Por su parte, Claudia Sheinbaum ha tratado de desviar las críticas argumentando que el gobierno capitalino ha implementado diversas medidas para combatir la violencia, como la instalación de cámaras de seguridad y el fortalecimiento de las fuerzas de policía.
Sin embargo, muchos cuestionan la efectividad de estas acciones, ya que los índices de violencia y criminalidad en la Ciudad de México siguen siendo alarmantemente altos, especialmente en las zonas más vulnerables.
El papel de las redes sociales en la propagación de la violencia y el crimen organizado es un fenómeno global que no solo afecta a México.
En otros países, los cárteles y grupos terroristas han encontrado en plataformas como Facebook, Instagram y Twitter un espacio para difundir su mensaje y coordinar sus acciones.
Sin embargo, TikTok ha demostrado ser particularmente efectivo para captar la atención de los más jóvenes, que son precisamente el grupo demográfico más vulnerable a caer en las garras de los cárteles.
El problema de la permisividad ante el uso de plataformas por parte de grupos criminales no es exclusivo de México, pero el caso de TikTok es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede ser mal utilizada cuando no se aplican las políticas adecuadas para controlarla.
La cuestión central en todo esto es si el gobierno de Claudia Sheinbaum tomará finalmente medidas más agresivas para proteger a los ciudadanos y frenar el reclutamiento de sicarios a través de las redes sociales.
Es urgente que se adopten estrategias más rigurosas y colaborativas entre las autoridades y las plataformas de redes sociales para erradicar este tipo de contenidos.
Mientras tanto, la preocupación de la sociedad sigue creciendo, y la pregunta sobre la responsabilidad del gobierno de la Ciudad de México en este contexto continúa siendo una cuestión central de debate.
La inseguridad en el país y la creciente influencia de los cárteles en las plataformas digitales dejan claro que la lucha contra el crimen organizado debe adaptarse a los nuevos tiempos, enfrentando el desafío de una generación cada vez más conectada y expuesta a contenidos peligrosos.
A medida que el tema sigue siendo noticia en los medios, la sociedad mexicana se enfrenta a un dilema moral y político de gran magnitud: ¿cómo puede un gobierno, liderado por figuras como Claudia Sheinbaum, tomar acciones eficaces para frenar el uso de las redes sociales por parte de los cárteles sin infringir las libertades digitales? La respuesta aún está por verse, pero lo que está claro es que la situación actual requiere medidas urgentes y decisivas.