Eleazar García, conocido cariñosamente como “Chelelo”, fue un talentoso actor del cine mexicano cuya carrera y legado aún perduran, incluso 25 años después de su fallecimiento.
Su historia es una de perseverancia, amistad y tragedia, que dejó una huella profunda en la industria del entretenimiento mexicano.
Chelelo fue presentado al público por el reconocido Antonio Aguilar, quien desempeñó un papel crucial en su carrera, tanto en la pantalla como en su vida personal.
Su vida dio un giro trágico cuando falleció el 24 de agosto de 1999, luego de sufrir una devastadora caída que acabó con su vida.
Sin embargo, el dolor no terminó ahí para su familia, ya que 12 años después, su hijo, Eleazar Lorenzo García Gutiérrez, conocido como Chelelo Junior, también perdió la vida debido a complicaciones de salud.
La historia de Chelelo comenzó el 28 de septiembre de 1924 en Ciudad Mí Tamaulipas, hoy conocida como Miguel Alemán.
Desde joven, mostró una gran pasión por la actuación y el entretenimiento.
Su infancia estuvo marcada por sus espectáculos de marionetas que organizaba con un amigo en el patio trasero de su casa.
A pesar de las dificultades económicas, Chelelo siempre encontraba formas de divertir a los demás.
A los 14 años, su amor por el arte lo llevó a integrarse en el mundo de los espectáculos itinerantes, incluyendo el famoso Circo Imperial que marcó su vida para siempre.
Su habilidad para la comedia y la música lo llevaron a ser reconocido en su comunidad, y rápidamente ganó notoriedad como cantante y zapateador, inspirándose en artistas como Eulalio González, “Piporro”.
Durante estos años, su amistad con Antonio Aguilar se fortaleció, y fue Aguilar quien le dio la oportunidad de debutar en el cine en 1961 con la película *Los Llaneros*.
Esta colaboración fue crucial para la carrera de Chelelo, quien comenzó a destacarse en la pantalla grande, participando en numerosas películas junto a figuras como Julio Alemán, Columba Domínguez y David Reynoso.
Chelelo no solo fue un actor destacado, sino que también contribuyó significativamente a la música y la política.
A lo largo de su carrera, participó en aproximadamente 150 películas, muchas de las cuales eran del género ranchero.
Su versatilidad como actor le permitió participar en producciones de diversos géneros, desde comedia hasta drama, lo que consolidó su lugar como una de las figuras más queridas del cine mexicano.
Además, su talento musical le permitió grabar varios álbumes, convirtiéndose en un reconocido cantante de corridos fronterizos, género que le permitió conectar con el público de una manera única.
Su vida no estuvo exenta de tragedias, sin embargo.
La muerte de su hijo Chelelo Junior en 2011, debido a complicaciones de salud relacionadas con la diabetes, fue un golpe devastador para su familia.
Chelelo Junior había seguido los pasos de su padre en la industria del cine, pero en lugar de dedicarse a la comedia, optó por papeles de villano, destacándose por su imponente presencia y su profunda voz.
A pesar de no seguir el mismo camino artístico que su padre, Chelelo Junior dejó una marca significativa en el cine mexicano, participando en más de 200 películas de acción.
Chelelo Junior debutó en el cine en 1980, trabajando con figuras como los hermanos Almada y el comediante Capulina.
A lo largo de su carrera, se destacó por interpretar a villanos poderosos y complejos, lo que le permitió ganar una base de fans leales.
Su habilidad para encarnar personajes oscuros y su presencia en pantalla lo convirtieron en uno de los villanos más memorables de la época.
Sin embargo, su vida se vio truncada a los 54 años, cuando falleció a causa de insuficiencia renal.
Esta muerte, sumada a la de su padre, dejó una sensación de pérdida profunda en la familia y en la industria del cine mexicano.
La historia de Chelelo y su hijo Chelelo Junior es un recordatorio de cómo el arte y la vida pueden entrelazarse de maneras profundas y complejas.
A pesar de las tragedias personales que marcaron sus vidas, su legado en el cine mexicano perdura.
Las películas que ambos protagonizaron continúan siendo apreciadas por el público, y su influencia en la cultura de Tamaulipas es evidente.
A través de sus contribuciones al cine, la música y la política, Chelelo y su hijo dejaron un legado que sigue siendo recordado con cariño y admiración.
