Rubby Pérez, ícono de la música tropical y uno de los intérpretes más queridos de República Dominicana, ha encontrado un nuevo capítulo de felicidad lejos de los escenarios y luces del espectáculo.
En un video recientemente compartido en su canal de YouTube, Rubby muestra con emoción y orgullo cómo vive en su rancho, una propiedad ubicada en la provincia de La Vega, donde disfruta de los placeres simples de la vida y se conecta profundamente con la naturaleza y sus raíces.
Alejado del bullicio de la ciudad y de la presión del mundo artístico, Rubby Pérez ha transformado su rancho en un espacio de tranquilidad y realización personal.
Desde el inicio del video, se percibe su entusiasmo mientras recorre su propiedad, saludando a sus animales, inspeccionando sus plantas y compartiendo con amigos.
“Esto es increíble,” dice con una sonrisa genuina mientras muestra los árboles de mango cargados de fruta madura.
También habla con alegría sobre la miel que ha comenzado a cosechar de sus propias colmenas.
A través de cada escena, transmite su profunda gratitud por esta vida que ha construido con tanto esmero.
Uno de los momentos más memorables del video es la presentación de las colmenas que Rubby ha instalado en su finca.
Orgulloso, explica cómo ha aprendido a cuidar a las abejas y cosechar la miel de forma segura.
Para él, este trabajo no es solo una tarea agrícola, sino una forma de meditación y conexión con la vida natural.
Con voz emocionada, comenta: “No me cambio por nadie,” dejando claro que, aunque ha tenido una exitosa carrera musical, es en la vida de campo donde ha encontrado una felicidad genuina y duradera.
Cada frasco de miel representa esfuerzo, dedicación y el aprendizaje de una nueva pasión.
Rubby no vive esta experiencia solo.
A lo largo del video, se le ve rodeado de amigos que comparten su entusiasmo por la vida rural.
Uno de ellos, conocido como Chimbilín, se convierte en protagonista inesperado al ser nombrado por Rubby como el “maestro de las abejas”.
La interacción entre ellos es cálida y divertida, con risas constantes mientras recolectan miel y mangos, cocinan juntos y disfrutan de una buena conversación.
Esta camaradería refleja la esencia del campo: el trabajo en equipo, la solidaridad y el disfrute de lo cotidiano.
Rubby aprovecha cada oportunidad para bromear, enseñar y aprender junto a sus compañeros, creando una atmósfera de familia extendida.
El rancho de Rubby está enclavado en un entorno privilegiado, rodeado de montañas, vegetación abundante y ríos.
Uno de los momentos más emotivos es cuando Rubby habla sobre la presa de Taveras.
Con voz cargada de emoción, comenta: “Solo había oído hablar de ella, y ahora estoy aquí, frente a esta maravilla. ”
Las imágenes muestran una vista impresionante del embalse y el paisaje circundante, resaltando la riqueza natural de República Dominicana.
Rubby aprovecha para reflexionar sobre lo poco que a veces conocemos de nuestro propio país, y cómo esta etapa de su vida le ha permitido reconectarse con su tierra natal de una forma más auténtica.
En su recorrido, Rubby revela planes más ambiciosos para su propiedad.
Expresa su deseo de desarrollar un “conuco”, es decir, una pequeña área de cultivo donde sembrará productos básicos.
Además, menciona que quiere construir un pequeño ranchito típico, como los que solía ver de niño, para tener un lugar acogedor donde compartir con familia y amigos.
Su pasión por la agricultura va más allá de un pasatiempo: es un homenaje a sus raíces y una apuesta por un estilo de vida más sostenible y autosuficiente.
Habla con emoción sobre cómo la tierra le devuelve en alimentos y paz, algo que no puede compararse con el lujo material.
Uno de los aspectos que más disfruta Rubby en su vida de campo es la comida.
En el video, comparte cómo cría sus propios pollos y prepara platos tradicionales con ingredientes frescos, cosechados en su propio terreno.
En una escena particular, con orgullo anuncia: “Estamos comiendo moro,” mientras muestra el plato típico dominicano, hecho con arroz, habichuelas y carne.
Este momento, aparentemente simple, es en realidad un reflejo del profundo cambio en su estilo de vida: ahora valora más que nunca el sabor de lo natural, el proceso de preparar la comida desde cero y la satisfacción de alimentarse de lo que él mismo ha cultivado.
Hacia el final del video, Rubby se toma un momento para compartir sus pensamientos más profundos.
Habla sobre la importancia de desacelerar el ritmo de vida, de reconectarse con la naturaleza, y de valorar los pequeños momentos.
Asegura que su vida en el rancho le ha dado un equilibrio que antes no conocía, incluso en los mejores momentos de su carrera.
También envía un mensaje a sus seguidores: “Si tienen la oportunidad, siembren algo, vayan al campo, respiren aire puro. Esto es vida.”
Con estas palabras, invita a todos a reconsiderar el valor de la simplicidad y a buscar espacios donde puedan reconectar consigo mismos.
“Dios mío, esto es increíble,” concluye Rubby, con una mirada emocionada y una sonrisa serena.
A través de su testimonio, no solo comparte la belleza de su rancho, sino también una filosofía de vida centrada en la gratitud, el respeto por la naturaleza y el valor de las relaciones humanas.
Rubby Pérez ha demostrado que el éxito no solo se mide en premios o fama, sino también en la capacidad de encontrar paz y alegría en los rincones más sencillos de la vida.
Su rancho no es solo una propiedad, es su refugio, su sueño realizado, y ahora también, una inspiración para muchos.
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